El insecto palito cayó víctima
de su éxito. Fino, elegante, mimético, el insecto palito no solo estaba en boca
de niños y viejos, sino que fue googleado a discreción. Y esto, para quien se
confunde con una nonada, termina por convertirse en una catástrofe: se volvió
vanidoso y ya no quiso parecerse, sin más ni el menor esfuerzo, a un trocito de
ramita, y se empeñó en imitar nuevas formas y maneras.
[Insecto palito en boca de todos]
Al estar en boca de todos, el
insecto palito adornaba, orgulloso de sus metamorfosis, los rostros de hombres
y mujeres, y no era poco curioso ver por la calle a la gente con su insecto
palito en la cara, bien en forma de labios, bien en forma de lengua o dientes,
y cuando alguien hablaba, el insecto palito se convertía en una mantis atea que
devoraba el sentido de las palabras. Fue así como poco a poco se impuso el
silencio del ruido, y ya nadie quería decir nada, así que desaparecieron los
labios, la lengua y los dientes, y el insecto palito dejó de estar en boca de
todos.
[Insecto palito googleado]
Se refugió en Internet y allí
fue googleado hasta la saciedad: el insecto palito, entonces, se recreaba en
apariencias cóncavas y convexas, en dérmicas esferas y cutáneos conos, hasta el
punto de monopolizar y saturar la Red con su proteica variabilidad, lo que
desembocó en una querella por lo judicial que quedó resuelta por la vía
comercial.
[Insecto palito por Wassup]
Sí, el insecto palito tuvo que
abandonar los buscadores, pero, a cambio, podía ser enviado por Wassup.
[Insecto palito coltán]
Sin embargo, y a pesar de lo
ufano que se sentía el insecto palito en lo que él creía su prestigiosa
escalada tecnológica, la vanagloria lo redujo a coltán, y ahora el insecto
palito padece una continua guerra que le hace añorar la anonadada paz de su
sencillo parecerse a un trocito de ramita.
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