¿En qué estaría pensando yo para encender todos estos????
Eso es, no estaba pensando, qué listillos. Porque, vamos a ver, si una mano sostiene uno, queda la otra para otro, y la boca para un tercero. No va más. O sí, el cenicero, vale, ya somos cuatro.
¡Y todos se consumen con la misma rapidez! Empiezo a agobiarme con este rompecabezas. El tiempo apremia, rápido, rápido.
Pero... ¡ahá!, tengo la solución, hela aquí: ¡la rueda!. Todos van pasando de mano en mano y de boca en boca (perdón, que boca sólo hay una), como si fuera una noria. Y así, todos fumamos. ¿Dije todos? Bueno, todos los presentes, sofá incluido.
Ahhh..., qué placer..., qué descanso...
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