Esperé
un dios en mis días
para
crear mi vida a su imagen,
mas
el amor, como un agua,
arrastra
afanes al paso.
Me
he olvidado a mí mismo en sus ondas;
vacío
el cuerpo, doy contra las luces;
vivo
y no vivo, muerto y no muerto;
ni
tierra ni cielo, ni cuerpo ni espíritu.
Soy
eco de algo;
lo
estrechan mis brazos siendo aire,
lo
miran mis ojos siendo sombra,
lo
besan mis labios siendo sueño.
He
amado, ya no amo más;
he
reído, tampoco río.
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